Author Archive for

22
May
11

Tongo presidente

Seamos sinceros, ¿son Johan Fano, Waldir Saenz, el “Puma” Carranza y el “Chorri” Palacios referentes importantes para decidir el voto del elector indeciso? Sinceramente, a quién le importa la opinión de estos futbolistas fracasados. Que esto no se entienda como un insulto, yo creo fervientemente que el fracaso y el éxito son dos hermanos gemelos, sino siameses. El éxito para un futbolista peruano es jugar en Europa con éxito en sendas ligas europeas de alto nivel (Liga Española, Liga Italiana, Liga Alemana y/o Liga Inglesa) y si el fracaso se mide en relación al éxito, entonces los futbolistas mencionados son unos fracasados. No solo ellos, sino muchos otros. Ahora, si bajamos la valla (y la bajamos a sabiendas de que no dan la talla en lo que hemos entendido como “éxito”) seguramente podremos afirmar que han tenido éxito en el medio local.

Pero yo no subestimo a estos jugadores, yo creo que ellos tuvieron grandes ambiciones de éxito, del que hemos hablado arriba, y no creo que sus expectativas se satisfacieran con ser campeones del campeonato local. Si alguien insiste en que el éxito es subjetivo y que mi valoración de lo que corresponde al éxito de un futbolista peruano es arbitraria, sea. Sin embargo, cabe aún la pregunta de si, por eso, se les puede considerar referentes importantes para que los indecisos se decidan por uno u otro candidato. Alguien objetará que Tongo, por poner un ejemplo, tampoco es un referente importante, pero se olvidan que Tongo representa el progreso de un provinciano que migró a Lima en busca de mejor oportunidades y, algo más importante, su éxito trasciende el ámbito nacional. En lo que a mi respecta, Tongo es mucho más exitoso que cualquier de los futbolistas antes mencionados.

¿En qué pensaba Keiko Fujimori cuando decidió que era positivo para su campaña convocar a estos futbolistas? ¿En qué momento se le ocurre a Fuerza 2011 que la figura del “Puma” Carranza puede sumarle algo a la campaña electoral? ¿A quién se le ocurrió la brillante idea de que esto podría ayudar a los indecisos a obtar por apoyar a Keiko Fujimori? Humildemente pienso que esto no suma, pero tampoco pienso que esta respuesta sea definitiva. Creo que Keiko Fujimori y Fuerza 2011 se han convencido de que el ciudadano indeciso, por encima de cualquier duda política, está totalmente convencido de tu filiación pelotera; filiación que se cultiva desde niño cuando papá te compra la camiseta de la U, Alianza o Sporting Cristal. Es más, se me ocurre que, dada la duda, la ambigüedad y desidia política, mucha personas han volcado sus esperanzas (no obstante algo gastadas) en el equipo de sus amores. Algo de eso debieron pensar los asesores de Keiko Fujimori: “Hey, Keiko, tenemos una brillante idea, que tal si los ciudadanos no están interesados en la política, pero sí están interesados en ser hinchas de algún equipo de fútbol”. Y claro, tanta polémica puede generar en la sobremesa el tema político, como lo genera el fútbol o la religión. Política, fútbol y religión constituyen la base de nuestra identidad, ¿cómo no se nos ocurrió antes?

Esto se está poniendo pesado. Es decir, la idea es simplemente dejar en claro que de ninguna manera alguien podría votar por Keiko Fujimori guiado e iluminado por el “Puma” Carranza, Waldir Saenz, Johan Fano o el “Chorri” Palacios. No hay forma de que alguien se plantee, “oh, qué bien, yo estaba en duda, no sabía por quien votar, ahora todo lo tengo más claro, si el “Chorri” Palacios que ama tanto al Perú apoya a Keiko debe ser por algo así que votaré también por ella”. Yo quiero pensar que esto no puede suceder, pero sucede. Sucede y no tenemos derecho de llamar a estas personas “ignorantes” ni tampoco podemos recetarles memorex. Lo que sí podemos hacer, puedo hacer, es analizar su comportamiento y concluir que se trata del comportamiento que manifiestan los seres embrutecidos por un asistencialismo programático. Pero bien, esa palabra tan usada en estos días, “asistencialismo”. Asistir, prestar un servicio, ayudar, dar una limosna al pobre hombre o mujer que barre el puente todo los días, día y noche, noche y día, y que luego tirado en las escaleras implora, “una limosnita para comer, una limosnita para barrer el puente, una limosnita para comer”. Si alguien es atento y es, por convicción, un conchudo (yo lo soy) entonces se atreve a mirar al ser humano tendido en las escaleras sin sentimientos encontrados ni remordimiento. La mirada de esta persona que pide limosna es la de una persona feliz. Feliz con su estilo de vida, feliz con ser la persona que barre el puente todo los días, día y noche, y que merece (sí, merece) una limosna. ¿Cuál es el problema con esto? El problema es que esta persona no merece una limosna, sino un salario. Si realizas un trabajo mereces un salario no una limosna. Este ser humano ha sido embrutecido, reducido, denigrado, al punto de creer que su trabajo no merece una justa recompensa, sino las monedas que con pena y asco le arrojan las personas.

Eso es asistencialismo. “Mi primera chamba”. Claro vamos a darle chamba a los jóvenes, pobres jóvenes que merecen una limosna. Claro, será una limosna si no hay una reforma laboral, sino se implementan cambios necesarios en los services. Hoy en día ya muchos jóvenes se ven en la necesidad de trabajar en un service que a cambio de sus servicios le da una limosna, no solo porque la paga sea relativamente poca, sino porque no hay garantías sociales que lo amparen, porque no está en planilla, porque los contratos son por unos meses, etcétera. “Mi primera chamba” = asistencialismo. Es una estrategia política que evidencia que no se distancia para nada de su padre o que es Alberto Fujimori el que dicta las decisiones de campaña desde la DIROES.

No yo no odio a Keiko y no me interesan los movimientos de NO KEIKO. Me da curiosidad qué es lo que debe pesar por la cabecita de Fujimori para pensar que estos futbolistas pueden sumar a su campaña. Qué pasará por la cabecita de Fujimori para pensar algo así. ¿Es esto acaso la evidencia de una verdadera desesperación por obtener más votos? Algún analista político, muy serio y encamisado, dirá que se trata de algo inteligente y que puede hacer que muchos indecisos dejen de serlo y pasen a las filas del fujimorismo. A mi me da miedo pensar que el “Chorri” apoye a Keiko Fujimori, sobre todo porque parece no saber porqué lo hace. Waldir fue más sincero y dijo que para él es suficiente saber que Alberto Fujimori acabó con el terrorismo. Al menos es sincero, aunque tampoco sabe porqué apoya a Keiko Fujimori. Las declaraciones del “Puma” son bastante confusas, pero en resumen se podría decir que apoya a Keiko porque le parece una buena persona. Ni más ni menos.

Que Tongo apoyara a Lourdes Flores lo puedo entender, el PPC quería el apoyo de la clase C, D y E. Tongo es un hombre que representa el éxito en esos sectores, es un provinciano que triunfó en la agreste Lima de cemento. Tiene sentido. Que una sarta de futbolistas fracasados apoyen a Keiko Fujimori. No sé, yo creo que es mejor votar por Lourdes porque Tongo le hace una canción que votar por Keiko Fujimori porque el “Chorri” apoya su candidatura. ¿Qué tiene que ver el “Chorri” en todo esto? Esta bien el tipo ama el Perú, pero yo también. El tipo quiso jugar en Europa, yo también. El tipo jugó en México y por lo menos no lo regresaron como a Manco… Bueno algo hizo, pero ¿quién es el “Chorri” para decirme a mi que el Perú necesita a Keiko Fujimori? Por lo menos Tongo tiene mayor conciencia de la pobreza, de la necesidad del pueblo migrante. O sea, Tongo es Tongo. No me compares a Tongo con el “Puma” Carranza. Si tuviera que elegir entre los dos para presidente del Perú elegiría a Tongo sin pensarlo dos veces.

17
Dic
10

el fujimorismo se veta solo

He leído dos artículos relacionados con el tema de si se veta o no al fujimorismo. El primero la columna de Tafur y, luego, a modo de réplica el post de Laura Arroyo. Creo que el tema se ha levantado debido, en gran parte, a las declaraciones recientes de Mario Vargas Llosa quien perdiera las elecciones de 1990 a manos de Alberto Fujimori. El tinte de revanchismo con el que se ha teñido el premio Nobel de Literatura diciendo que 20 años después MVLL gana el nobel y Fujimori “se pudre” en la cárcel no es algo que haya que pasar por alto.

Tafur parte de una idea en principio interesante, ¿por qué vetar al fujimorismo y no vetar a los intelectuales que también tuvieron ideas radicales de izquierda? El argumento es que ninguno de ellos ha hecho un mea culpa y que por eso vetar al fujimorismo sería un error. Sin embargo, esto no quiere decir que sea irrelevante un mea culpa, por supuesto que es relevante, pero a través de la historia podemos observar que los mea culpa no llegan a los 20 años, sino mucho después.

Sin duda lo más inteligente por parte del fujimorismo sería realizar una autocrítica (quién sabe si se estén guardando ese as bajo la manga), aunque por el momento no lo han hecho y esto responde a las mismas razones por las cuales cualquier político toma una decisión. Sea que nos parezca “buena” o “mala” las decisiones políticas siempre responden a objetivos claros (es toda una empresa). Probablemente en estos momentos a Keiko no le convenga hacer un mea culpa, sino más bien reafirmar esos “logros” de su padre, pero creo que tendrá que hacer mucho más que eso si quiere ganar las elecciones; además tiene que lidiar con las declaraciones de Montesinos, pero ese es otro rollo.

Yo no sé lo que le faltará al fujimorismo para ser democráticamente viable ya que aún dudo mucho de la certeza de dicha palabra (democracia). Pero no creo que le falte mucho para poder ganar estas elecciones y sí considero que dependerá mucho de ese mea culpa que muchos reclaman y que podría jugar a favor de Keiko si “la saber hacer”. El mea culpa no será gratuito, ya que nada lo es en política; será más bien algo orquesta, con una escenografía precisa y con el único objetivo de subir un poco más en las encuestas o de ganar ese segunda vuelta.

Finalmente, estoy de acuerdo, el fujimorismo se veta solo y lo único que ha hecho Tafur es empujar la posibilidad de una victoria de Keiko si sabe manejar políticamente la expiación de las culpas del fujimorismo que son, a mi parecer, tan grandes como sus “logros”. No lo ha dicho así por supuesto, Tafur tiene mucho que perder, pero es mi interpretación y me alegra que al menos un periodista tenga las agallas de decirlo públicamente.

 

P.D. La única razón por la que no le exigimos a Toledo que expíe sus culpas es porque sus logros y sus errores mantuvieron siempre una línea discreta. Ahora, recordemos que Alan tampoco pidió disculpas por nada e igual ganó las elecciones (nada más circunstancial, no había mucho de donde elegir), pero estas elecciones son distintas.

04
Dic
10

tiempo libre y dinero

En el artículo o post anterior hablamos sobre uno de los argumentos de “Carlín” que le ayudan a sostener que la reducción de horas de trabajo de ocho a cuatro horas es viable. Esta argumento era el hecho de que la incorporación de la tecnología a los procesos de producción suponían la reducción del trabajo de los seres humanos. Su posición era que esto no se había dado. Nuestra posición al respecto es que este argumento deja de lado el hecho de que, por un lado, la satisfacción de los seres humanos no es algo que tenga un límite claro; es decir, en qué momento podríamos decir que estamos satisfechos con los bienes que tenemos. Por otro lado, los momentos de ocio y de libertad personal requieren de ciertos bienes para ser gozados plenamente; el simple hecho de tener tiempo libre no deriva en mejor calidad de vida. Para terminar sobre este punto colocamos la siguiente cita de Carlo M. Cipolla:

El hombre tiene necesidades de diverso tipo. Una, las básicas, son de carácter fisiológico: comer y beber. Otras son elementales: vestirse y calentarse. Finalmente, tiene unas necesidades de “alto nivel”, por decirlo así: leer, escuchar música, viajar, divertirse. No hay un límite superior para las necesidades humanas, pero sí hay un inferior, a saber: los alimentos mínimos que el hombre necesita para vivir.

La naturaleza, magnitud y forma de la necesidades humanas varían según el ambiento cultural y geofísico, la clase social, la edad, la estatura, el sexo, el tipo y grado de actividad. La gama de diferenciación es realmente amplia en lo que se refiere a las necesidades menos elementales. Pero incluso hay diferencias notables en las necesidades muy elementales.

Ahora vamos a indagar en otro de los argumentos de “Carlín”: la falla de la maquinaria infernal capitalista es que no se mantienen las mismas proporciones entre maquinaria y trabajadores (capital constante y capital variable).

La primera observación que se le puede hacer a este argumento lo ha expuesto Daniel Schydlovsky en una respuesta enviada al video de “Carlín”. La observación es muy obvia:

debemos tomar en cuenta que usualmente el aumento de productividad no viene gratis, requiere de maquinas nuevas, o de una tecnología nueva, o de una innovación. Todo esto requiere un pago (amortización, royalty, etc.), por lo tanto los beneficios de la innovación no pueden ir solo a los trabajadores sino tienen que ir también a los otros factores de producción.
Esto hace que si la productividad se duplica, no podemos simplemente reducir a la mitad las horas trabajadas. Tampoco podemos simplemente duplicar los salarios.

A lo que Carlos Tovar responde:

Es verdad que se necesita amortizar maquinaria y royalties, pero no es verdad que sea con ese criterio que se distribuye el nuevo excedente de producción. El capital nunca le dice al trabajador: “aquí tenemos este excedente: voy a sacar de él solamente lo que necesito para amortizar la máquina, y el resto lo repartimos entre tú y yo”. Así no funcionan las cosas. Lo que hace el capital es, simplemente, agarrar todo el excedente para sí, y continuar pagando al trabajador el mismo salario. Ni siquiera tiene que mostrar al trabajador cuánto nuevo excedente se ha obtenido. El trabajador no tiene derecho a ello. Tal vez, si está sindicalizado, pueda obtener (luego de luchar arduamente por ello) algún modesto aumento de su salario. Aumento que, por supuesto, tampoco está en función de cuánta nueva producción excedente se ha obtenido, sino, simplemente, de cuánto se le puede arrancar a la resistencia del patrono.

La respuesta de “Carlín” es, sin duda, bastante lógica; sin embargo, no toma en cuenta que una empresa no se forma por sí sola, ni se forma solo con maquinaria; lo más importante es la persona o grupo de personas que forman y dan impulso a la idea de la que nace la empresa. Asimismo, el paso de la producción “artesanal” a la producción industrial requiere de inversión, entendido esto como dinero y lo que se conoce hoy como “inteligencia financiera”. A lo largo de la historia son más las empresas que han fracasado que las que se han mantenido a lo largo de los años. Sin ánimos de caer en la ingenuidad hay que reconocer que muchos de estos “fracasos” empresariales responde a una fría y calculada decisión financiera en beneficio de los empresarios; sin embargo, existen otros muchos casos en los que los fracasos se deben a la falta a la incapacidad de liderar una empresa.

Por un lado, si bien el empresario no está físicamente trabajando en la fábrica, la responsabilidad de lograr que dice empresa no fracase implica un trabajo mental mucho más importante. La responsabilidad de un trabajador u obrero se ve limitada a su área de trabajo (colocar una pieza en su lugar, ensamblar correctamente dos partes, extraer el mineral, empastar las hojas, etcétera), mientras que la responsabilidad del supervisor, del gerente, de la directiva de accionistas y del presidente del directorio es mucho mayor. La razón por la cual la empresa no se acerca a los trabajadores para discutir con ellos cómo distribuir el excedente, es la diferencia en el grado de responsabilidad que tienen las partes en relación a dicha distribución.

Por otro lado, Carlos Tovar no toma en cuenta es el hecho de que la producción de maquinaria y de tecnología no surge por sí sola, sino que está engranada a la producción de otros bienes. Es decir, adquirir una nueva máquina de coser no implica simplemente el pago por esta nueva tecnología, sino que detrás de esa nueva máquina de coser han existido no solo personas trabajando en una fábrica, sino el paso de los años hasta cohesionar el invento por parte de una o varias personas; personas que, volviendo al primer argumento, seguramente trabajaron horas de horas interminables hasta pulir ideas y resolver problemas. En síntesis, la producción de nueva tecnología no es la producción en masa de una nueva máquina de coser, sino el trabajo en laboratorios, investigaciones y experimentación científica. Dicho trabajo no solo requiere alta sumas de dinero en inversión, sino que no están reguladas por horas de trabajo programadas en jornadas de ocho horas. Con esto nos acercamos a la paradoja de la propuesta de “Carlín”: si universalizamos las cuatro horas de trabajo con el argumento de que la tecnología hoy nos permite trabajar menos horas, lo más seguro es que la innovación tecnológica decrezca.

Algo más que “Carlín” no toma en cuenta es el aumento de la población. Como podemos observar en este gráfico el incremento de la población no se detiene. Entre 1962 y el 2007 la población aumentó en más del doble, de 3 000 millones (aprox.) a 6 700 millones (aprox.). Mientras que entre 1 d.c. y 1 000 se experimentó un aumento en poco menos del doble, en menos de 50 años (1962-2007) la población mundial aumentó en más del doble. En plena Revolución Industrial (1750-1950) se experimentaron los porcentajes más altos de crecimiento (34% aprox.): en 1750 la población era de 750 millones y en 1950 se había triplicado la cifra a 2 518 millones, esto en el lapso de 200 años. Aunque el porcentaje de crecimiento disminuye notablemente hasta la actualidad (de 34% aprox. a 2%), el crecimiento no disminuye, ya que cada vez nos toma menos tiempo duplicar la población.

Así como la Revolución Agrícola permitió a la especie humana sobre pasar el techo  máximo de población que tenía hasta ese momento, la Revolución Industrial hizo lo propio. De la misa manera, como dice Carlo M. Cipolla:

…no hay que pasar por alto la posibilidad de que dicho aumento estimulara a su vez la difusión de la revolución (Agrícola). La propagación de los procedimientos primitivos de cultivo fue un proceso de difusión tecnológica que puede explicarse de dos maneras diferentes, que no necesariamente se excluyen una a otra. Según el modo de explicación de difusión cultural, las tensiones entre civilización y los saberes tecnológicos se habrían transmitido de un grupo a otro con independencia de todo desplazamiento geográfico significativo del grupo. Frente a esta explicación, la difusión puede imaginarse como función del crecimiento y del desplazamiento de la población. Se ha probado matemáticamente que si el crecimiento demográfico coincide con una actividad migratoria local modesta, aleatoria en cuanto a su dirección, tendrá lugar una onda de expansión demográfica que progresará a una velocidad radial constante… Los hombres del Neolítico iban de un lugar a otro en busca de tierras cultivables  estas migraciones contribuían a difundir el descubrimiento básico del Neolítico.

Queda claro que existe una relación entre la expansión demográfica y la expansión de la tecnología, relación que Carlos Tovar ignora por completo. Así que no solo es el hecho de que una mayor población requiera más bienes de producción para vivir, sino que es la expansión demográfica misma la que de alguna manera difunde los progresos y avances tecnológicos.

Volviendo al argumento de Carlos Tovar acerca de la falla en la maquinaria capitalista, menciona que ante el aumento del capital estable (es decir, las maquinas y la tecnología) lo que se debe hacer es aumentar así mismo el capital variable (es decir, los empleados y obreros). Para esto se plantea la reducción de ocho a cuatro horas: más empleados trabajando menos horas aumentará el capital variable y, al mismo tiempo, se disminuirá la tasa de desempleo. Esto suena muy lógico y lo es; sin embargo, qué pasa con el tema de la experiencia laboral; es decir, la experiencia en una actividad se gana con el tiempo que le dedicamos a ello, mientras menos horas le dediquemos a una actividad más tardaremos en adquirir experiencia en dicha tarea. Además, “Carlín” supone que las máquinas y la tecnología sirven únicamente al propósito de aumentar o acelerar la producción, lo cual es incorrecto. Mucha de la tecnología y de las máquinas sirven más para hacer un trabajo mucho más preciso y exacto, a reducir el tamaño de las herramientas y a volver más eficiente o más "bello” un producto. Así que es factible que haya aumento de maquinaria y tecnología que no necesariamente sirve para el aumento de la producción por lo que los empleados no tendrían como ver sus horas de trabajo reducidas. 

Finalmente, Carlos Tovar dice que más allá de estos “beneficios” en la reducción de las cuatro horas, está el tiempo libre que “conquistaría” el ser humano. El problema con esto, como ya lo planteamos párrafos arriba, es ¿qué hacer con el tiempo libre? “Carlín” tiene una idea muy clara de lo que él haría con su tiempo libre: crecimiento personal a través del arte y participación ciudadana. Sin embargo, esto no tiene porque ser para todos algo importante o que les gustaría hacer en su tiempo libre. Hoy en día muchas personas simplemente se dedicarían a jugar en su “Play-Station”, a navegar por internet o a dormir. La tendencia hacia el ciudadano apolítico es una realidad que no contempla Carlos Tovar. La manera en que cada persona pueda asumir su tiempo libre es realmente algo incierto, podríamos encontrarnos ante suicidios masivos, gente rascándose la panza en la playa, enfrentamientos de grupos de personas que (sin otra cosa que hacer) decide disputarse la razón en una lucha cuerpo a cuerpo, etcétera.

La razón principal por lo que la propuesta de “Carlín” es una utopía es que nada de lo que propone cambia la ambición del ser humano. Pensar que con la reducción de las horas de trabajo podemos eliminar la pobreza, el desempleo y dar una mejor calidad de vida a las personas dándoles más tiempo libre es una utopía. Lo que se necesita cambiar no es el sistema económico, sino al ser humano y nada de lo que plantea “Carlín” apunta a ese cambio: darle más tiempo libre a las personas y más dinero para consumir no garantiza nada ya que hoy existen personas con mucho tiempo libre y que trabajan nada o casi nada y con mucho dinero para adquirir bienes y eso no les garantiza, en muchos casos, más que infelicidad.

04
Dic
10

molineros y preservativos

Carlos Tovar Samanez, mejor conocido como “Carlin”, explica en una hora y cinco minutos los beneficios de la reducción de las horas de trabajo de ocho a cuatro. Solo quiero profundizar en uno de sus argumentos.

 

La tecnología o la maquina debería servir para que los seres humanos tengamos más tiempo para disfrutar de la libertad.

Tovar afirma, luego de recitar un poema, que cuando se reemplazó el molino de trigo, que era accionado por el trabajo humano o de los animales, por el molino accionado por la fuerza del agua no se utilizó para que las personas pudieran “liberarse de la carga del trabajo”, sino todo lo contrario, las personas siguieron trabajando lo mismo ya que, el molinero piensa sacar ventaja frente a sus competidores y no en disminuir las horas de trabajo a sus empleados. Esto, dice Tovar, se repite en la revolución industrial con el invento de la máquina a vapor: aumento de productividad, pero no alivio de la carga del trabajo.

El problema que yo veo con este razonamiento se esboza en la siguiente pregunta: ¿Qué hubiera pasado si en vez de continuar con la misma carga de trabajo, el molinero hubiera decidido reducir sus horas de trabajo y la de sus empleados, con el fin de liberarse de esa carga y poder disfrutar de su libertad? Y ¿qué hubiera pasado si todos los molineros hubieran pensando igual (claro, porque si solo uno lo hace, evidentemente los otros sacarán ventaja de él y le quitarán parte de su mercado)? ¿Qué hubiera pasado si la fábrica que incorporó la máquina a vapor en vez de continuar con el mismo ritmo de trabajo hubiera decidido reducir la horas de trabajo a sus empleados? Pero no nos adelantemos tanto, porque yo creo que si nuestros molineros ficticios hubieran reducido sus horas de trabajo y la de sus empleados no hubiera existido revolución industrial. Claro, imaginemos a nuestros molineros trabajando menos, a sus empleados trabajando menos, felices de que el invento del molino de agua les permite tiempo de ocio enriquecedor; ahora imaginemos que a alguno de ellos se le ocurre pensar que…

– Oigan todos, ¿y si es posible crear una máquina que nos permita producir más y tener aún más tiempo libre?

Una posible respuesta:

– Pero para qué querríamos producir más, para qué más tiempo libre. Así estamos bien.

A esta respuesta no le falta razón, solo que tal vez está obviando el hecho de que posiblemente en su tiempo de ocio ha podido disfrutar de más tiempo con su compañera y tener una mayor cantidad y calidad de encuentros sexuales lo que a la larga supondría un aumento de la población. Si multiplicamos esto por todos nuestros molineros ficticios seguramente habría una buena razón para querer aumentar la productividad del molino.

Retengamos por un momento en nuestra mente la siguiente imagen: molineros asombrados por el molino de agua reducen sus horas de trabajo y la de sus empleados y ahora que tiempo mayor tiempo de ocio, entre otras cosas, comienzan a tener mayor cantidad y calidad de encuentros sexuales.

En un pueblo no muy lejano o en el mismo pueblo o ciudad si así lo quieren imaginar, producen algo llamado preservativo. Gracias a algún invento, que dejo a la imaginación de cada uno, lograron producir la misma cantidad de preservativos (digamos que mil) con menos esfuerzo de trabajo y felices decidieron también reducir sus horas de trabajo y la de sus empleados. Con una producción de mil preservativos al mes se puede cubrir las necesidades de las treinta parejas que viven en este pueblo. Sin embargo, en el pueblo de los molineros nadie produce preservativos por lo que deciden recurrir al pueblo de los “preservativos” con el fin de poder seguir disfrutando de sus relaciones sexuales sin aumentar la población y verse en la penosa necesidad de aumentar la producción de trigo, lo que implicaría más horas de trabajo. De esta manera, representantes del pueblo de los molineros se acerca a conversar con el pueblo vecino…

– Amigos, somos representantes del pueblo de los molineros y hemos escuchado que ustedes producen preservativos, por lo que nos gustaría obtener algunos ya que nuestra población está aumentando y lo queremos evitar ya que esto implicaría trabajar más para producir más alimentos y no queremos perder nuestra libertad.

– Amigos molineros, nuestra producción de preservativos es de mil al mes y con eso satisfacemos las necesidades sexuales de las treinta parejas que habitan en este pueblo.

– ¿No podrían producir mil preservativos más para nosotros?

– Podríamos, pero eso implicaría perder nuestro preciado tiempo de ocio y de libertad, a lo cual no estamos dispuestos.

 

En este pequeño ejemplo vemos como la mayor producción de bienes está ligado a la satisfacción de las personas. No es tan fácil como decir que llegado a cierto número de productos todos deberían trabajar menos, porque nadie sabe en qué momento realmente el ser humano estará satisfecho y tampoco es correcto querer imponer una media de satisfacción.

El planteamiento de “Carlin” no contemple el hecho de que los momentos de ocio y de goce de la libertad personal requiere de ciertos bienes para ser satisfechos, sino ese tiempo libre puede llevar a más de una persona a la depresión, entre otras cosas; sin quitar que hay personas que disfrutan trabajando 15 o 17 horas al día, algo que “Carlin” realmente no es capaz de comprender, es decir, es intolerante a la intolerancia.

17
Jul
10

El «matrimonio gay»

Se ha tratado siempre de lo mismo cuando hemos querido cambiar: una suerte de repulsión que se anida en nuestro pecho y se amarra hasta formar un nudo y ya no sabemos ni porqué ni cuando, ni podemos dar razones ni responder a una pregunta. Se ha tratado siempre de lo mismo, la violencia se ha superpuesto a la razón, no en una dicotomía, sino en la preponderancia de una fuerza sobre otra en una misma unidad de ser. Quién nos puede asegurar que no será alguno de nosotros el próximo en conducir el mundo hacia su debacle.

Cambiar en un sentido más amplio es la vida misma. Basta con abrir los ojos por la mañana para experimentar cambios; los más profundos sin embargo, esos que llamamos realmente cambios que podrían, valga la redundancia, cambiar el camino por el que día a día nos movemos, esos que podrían cambiar el paisaje del camino; esos cambios son como los movimientos telúricos: inevitables. Sin embargo, a diferencia de la naturaleza nos ha sido dada una capacidad de elección y es justamente ella la que puede decidir no cambiar y oponerse radicalmente al cambio en favor de una estabilidad.

Una institución que siempre se ha resistido al cambio ha sido la Iglesia. Para comenzar, porqué poner «iglesia» con mayúscula; es un poco molesto realmente la generalización que se hace cuando se pretende concentrar a todas las religiones occidentales en la palabra «Iglesia» cuando en realidad deberíamos entender Iglesia Católica o religión Católica Romana. Esta unidad aparente, esta reunión unificada de todas las religiones occidentales en la palabra «Iglesia» es una ficción. No existe tal unidad y seguramente solo existirá el día en que una fuerza en conjunto se oponga a cualquier religión. Mientras tanto diremos que «Iglesia» es la religión Católica Romana. La Iglesia, entonces, se ha resistido a los cambios desde Copérnico hasta el «matrimonio gay». Sobre este último tema en boga que voy a extenderme.

En primer lugar, la propuesta del «matrimonio gay» no es para que los homosexuales se puedan casar en la Iglesia Católica Romana, sino que es la exigencia del reconocimiento de los derechos civiles propios de un matrimonio civil, es decir, un tema estrictamente legal. Más allá de eso todas las personas son libres de celebrar su matrimonio como bien les parezca y cuando digo «personas» al ser humano. El hecho de que representantes de la Iglesia Católica salgan públicamente a oponerse airadamente a la legalización del «matrimonio gay» me parece realmente ridículo. El reconocimiento legal de la unión civil entre dos personas es obligación del estado. Uno puede vivir de espaldas a esta realidad, pero el estado necesita tener un control estadístico de sus ciudadanos y garantizar derechos entre ellos.

Y, en segundo lugar, me parece que la objeciones al «matrimonio gay» pasan por una falta de visión sobre los términos «matrimonio» y «familia». Por un lado, se defiende el uso de la palabra matrimonio como exclusiva de la unión natural entre el hombre y la mujer. Por esta razón muchos han propuesto que debería llamarse «unión civil», pero no matrimonio. Esto es realmente tonto, si me disculpan, ya que es la misma problemática de llamar «Iglesia» a una religión y que erróneamente muchas personas piensen que se trata de todas las religiones. Lo que se intenta defender es que la palabra «matrimonio» involucra en cierto nivel la unión del hombre y la mujer en comunión con Dios, pero muchos matrimonios, que aparentemente han sido consagrados siguiendo los lineamientos religiosos no responden a una comunión con Dios o al menos presentan serias dudas de esto. Por otro lado, la palabra «familia» también ha sido una de las banderas de la crítica y se ha dicho incluso que el «matrimonio gay» va en contra de la familia como núcleo de la sociedad. Nuevamente el término familia se pone en disputa y caben ciertas dudas sobre si la unión entre un hombre y una mujer tienen por objetivo el formar una familia. La respuesta es no; por lo que no se puede afirmar que el fin de la unión entre dos personas sea necesariamente el formar una familia. Ahora, el caso concreto de la posibilidad de adopción de una pareja homosexual es un tema mucho más extenso y que requiere de la participación de profesionales de distintas disciplinas. Sin embargo, mi opinión personal sobre esto es crítica hacia las personas que afirman que podrían existir problemas psicológicos en los niños criados por una pareja homosexual; y es crítica porque me pregunto ¡qué estamos defendiendo! La cantidad de parejas heterosexuales que generan traumas en sus hijos, violaciones (incesto), violencia familiar, abandono de hogar, entre otros. Solo por mencionar un ejemplo, una amiga hace poco me contaba que su hermano menos de 16 años había intentado suicidarse luego que su padre los abandonara. Creo que el reto que nos impone este siglo es la capacidad de dejar a un lado la hipocresía y la defensa ciega a las costumbres por intentar abrazar la posibilidad de entender al ser humano en sus diferentes expresiones.

Cuál es la religión que basada en la Biblia como palabra de Dios predica sobre la guía de comportamiento que nos dejó Jesús en los evangelios. Yo no soy un lector asiduo de la Biblia, pero mi memoria a largo plazo recuerda que había algo así como lo medular de la enseñanza de Jesús: ama a tu prójimo como a ti mismo y a Dios por sobre todas las cosas. Muchas otras enseñanzas y mandamientos existen, en efecto, pero deben girar al rededor de este mandamiento fundamental. Si hay algo que no debemos perder de vista es el amor al otro. La forma en que actúa el amor no podría darse sin el compromiso y la voluntad, y ambas apuntan justamente hacia un proyecto trascendental de convivencia.  A nivel del ser humano el amor debería ser constitutivo de cualquier idea de progreso y, en el peor de los casos, no se puede obviar los efectos del amor en una sociedad que busca progresar. Un efecto del amor es todo lo contrario a la marginalidad, a la exclusión y desigualdad.

24
Jun
10

«Obsceno», «pornográfico» y Ricardo Belmont

Para abrir esta página no podemos obviar el tema más mediático de los últimos días. Si bien es un tema de escándalo, no deja  de ser importante el debate, aunque en este caso, casi no existe debate, sino una estampida de periodistas, políticos y «figuretis» quienes se han pasado las últimas horas repitiendo lo que un solo artículo podía decir; pero todos tenemos derecho a decir.

El tema es el «Proyecto de Ley que incorpora el inciso “B” al artículo 183 del Código Penal, Sancionando penalmente en los medios de comunicación social la publicación de las exhibiciones obscenas y pornográficas». El abanderado de este proyecto es el conocido Ricardo «El hermanón» Belmont; personaje conocido y actual congresista de la república. El debate, el escándalo, los gritos y demás reacciones de revistas que colocan en sus portadas mujeres semidesnudas (p.e. El Fausto, Somos, entre otras), consideran que podrían ser víctimas de censura. Rosa María Palacios en día de ayer recalcó que la ley era un «mamarracho» y así mismo lo calificó, con voz baja y secundona, la candidata a la Alcaldía de Lima, Susana Villarán. No pretendo discutir sobre el calificativo de «mamarracho», sino más bien ir un poco más allá del análisis superficial.

Tanto Rosa María Palacios, como Augusto Alvarez Rodrich y Miguel Morachimo, han recalcado de diferentes maneras que la ley es repetitiva (ya hay una ley que regula la difusión de materiales de contenido «obsceno y pornográfico»), no define los términos «obsceno» y «pornográfico» de manera clara, que a partir de esta carencia queda abierta a la interpretación del juez (lo cual es subjetivo), y que, en suma, Belmont solo ha terminado de manifestar su idea puritana, cucufata e hipócrita de la televisión nacional evocando los años ochenta como la Edad Dorada de la prensa. El primer punto es irrefutable, el proyecto de ley de Belmont no marca ninguna diferencia con la Ley de Radio y Televisión. En todo caso, si sería necesario incluir a la prensa escrita dentro de esta ley y que se considere como un delito puede ser motivo de un debate bastante más interesante. En segundo lugar, se le ha reclamado la falta de definición de los términos «obsceno» y «pornográfico». Sin embargo, los mismos términos «buenas costumbres», repetidos en la constitución, no son definidos objetivamente y más bien quedan a la interpretación subjetiva del juez. Finalmente, sí, Belmont es un hipócrita.

Centremos en el segundo punto: la falta de definición de los términos usados en el proyecto de ley. Qué es lo «obsceno» y qué lo «pornográfico». Sin duda, términos usados de maneras distintas en diferentes países para regularizar también los contenidos de difusión. En el proyecto de ley se hace un resumen de cómo algunos países (Estados Unidos, México, Argentina y Bélgica) han llevado esto regulación a la práctica. Por lo que se ve, también se usan términos de carácter subjetivo como «indecencia», «buenas costumbres» o «vulgaridad». No voy a tomar una postura para definir estos términos, me parece irrelevante y considero torpe por parte del proyecto caer en estas subjetividades.

Sencillamente, más allá de Belmont y de su proyecto de ley, debemos hacernos una gran pregunta: ¿Por qué la Ley de Radio y Televisión no incluye a la prensa escrita? Y, si dicha ley pretende regular el contenido pornográfico y el que promueva el comercio sexual, ¿no es una contradicción que sigan colgando de los quioscos periódicos como «Chuculum» cuyas portadas, a la vista de niños, jóvenes y adultos, muestra imágenes pornográficas? Creo que es esta la preocupación que realmente podría interesar a la ciudadanía y, cuyo debate, parece más relevante. A mi no me interesa que a todos le caiga mal Ricardo Belmont, ni que su proyecto de ley sea un «mamarracho»; porque tan «mamarracho» como esto es el que se haga una Ley de Radio y Televisión y se excluya a la prensa escrita.

Finalmente, es interesante que el reportaje presentado ayer en el programa de Rosa María Palacios entrevistara al director de la revista «Fausto» y no al director del periódico «Chuculum», por ejemplo. Ignoro si esto se debió a que el director de dicho periódico no quiso ser entrevistado; sin embargo, lo interesante es preguntarnos cuál es la diferencia entre las portadas del «Fausto» y otras portadas como las de «El Trome». Claramente vemos que entrar en el tema de calificar a una u otra como obscena o pornográfica es complicado ya que se trata, a fin de cuentas, de un juicio de valor artístico bastante difícil de establecer en tiempos de «que más da». Lo único que podemos regular con seriedad es que ningún medio de comunicación presente mensajes (escrito, por audio o audiovisual) donde se muestre explícitamente o en doble sentido el sexo explícito. Belmont debió ser más claro y era lo mínimo teniendo en cuenta que trabaja con un equipo en el proyecto de ley, pero también es cierto que seguimos sin una regulación más precisa y que incluya a la prensa escrita porque los congresistas le tienen miedo a la prensa, prefieren no meterse con ella y llevar la fiesta en paz, aun en perjuicio de los ciudadanos.




May 2024
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031